23 .- ¡ BUENOS DÍAS, MARCELA ! ( III )
( Hablar de cosas de mi pueblo )
Para que todo no sea Cuaresma, la mujer prepara su Día.
¡Vaya, otra vez salió lo de El Corte Inglés!
Y en su Día, allí, también estaremos los hombres, porque algunos somo solidarios con sus injusticias; pero que no se equivoquen y lo digo de corazón, como esas a las que no tengo el disgusto de conocer, de una asociación nueva, de mujeres, que reflejan en su revista, la número 0, que no merecen otra nota, de publicar en la misma frases, dos concretamente, con las que tratan de insultar al hombre en general
De verdad, señoras y señoritas, que ese no es el camino. No nos imiten a los hombres en lo malo que hicimos o hacemos.
Y menudo cartel el construido por AVAIM, para su otra construcción más importante, la de dignificar a sus queridos miembros, que lo merecen todo; aunque alguno se nos fuera hace días y que seguro acompañará a sus compañeros desde el Cielo, sin necesidad ya de solicitar sonriendo un cigarrillo o un café. ¿Verdad, Pedro, que no faltarás?
Y la calle Real una noche se iluminó, y sin necesidad de ser inaugurada, sus vecinos la disfrutan; aunque haya algún malintencionado o malintencionada, que dirigidos por los que siempre están apuntados a la negrura y oscuridad, preguntarán al Sr. Alcalde que cuánto costará el consumo de tanta luz y no se acordarán del ahorro que supuso tantos años de ostracismo y abandono, por el sólo hecho de ser la calle Real.
Y mi plazoleta, no de mi propiedad ¡eh!, sí de mi disfrute, de la que ya te hablé, Marcela, en cierta ocasión, de lo cambiante que somos, de las protestas se pasó a los parabienes, porque también le llegó la luz, además de las plantas, de los bancos, de los paseos, de la estética en general, y hasta con palmeritas y olivos, que nos han hecho olvidar de que antes sólo servía de aparcamiento y con albero.
¿Te das cuenta, Marcela, como este pueblo da mucho que hablar?
Y eso que no he entrado en el capítulo de los rumores; pero no, eso es mejor que se lo deje a otros y otras, que seguramente es no son capaces de disfrutar con lo que se puede ve, tocar, oler o sentir...
¿Te has fijado, Marcela, que ya hay hormigas en el suelo y cigüeñas en la espadaña del Convento y en nuestro cielo? Yo, sí.
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