¡ BUENOS DÍAS, MARCELA ! ( III )
( Los del Patronato Albaicín, en sus comienzos !
Pedro fue el primero que se nos fue con su negrura de sol, tabaco y café; pero desde más allá de las nubes no se perderá la Corrida de Toros del sábado, la que otro año más propicia un santo varón como es "El Cordobés", hijo, que nunca se olvida de ellos, invitando a otros ángeles, que el color es lo de menos, a tamaño acontecimiento.
Manolo llevará su particular y propio estanco repartido en sus bolsillos y sus muchos encendedores, sin olvidarse de los palillos de dientes y soñando con llevar el paso junto a todas las bandas de música del mundo.
Domingo romperá su timidez aparente y pedirá, si hace falta, la subida de sueldo, el de los suyos, al mismísimo Alcalde.
Arsenio, sevillista empedernido y fiel, el de los "Torre", proclamará a todos los vientos, que si Manuel Díaz Benítez, El Cordobés suyo, es el mejor torero del mundo mundial, él lo es de El Viso del Alcor.
Fernando no tendrá complejo por ser el pívot de tan estupendo equipo y seguirá siempre envolviéndose en su silencio y media sonrisa.
Antonio, el del Bujío, seguirá siendo el amigo y conocido de todo el mundo, de todos los visueños, sin perder nunca sus cordiales saludos.
Los "Pedro" ya están pensando en qu después de la Corrida vendrá la Semana Santa y después las fiestas de la Cruz, y después lo que venga..., porque la vida hay que saber vivirla.
Y José Manuel, el del Calvario, se acordará de su padre, que tanto le quiso..., que yo, Marcela, lo se bien.
Todos ellos, sin distinción de ninguna clase, han sabido liberarse de sus ataduras y hoy pueden estar orgullosos de sentirse personas.
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