17 .- ¡ BUENOS DÍAS, MARCELA ! ( IV )
( Y llegó el EURO )
¡ Buenos días, Marcela !
Y como somos animales de costumbres, pronto nos adaptaremos a las nuevas monedas y billetes, desconfiados al principio, eso sí, más sueltos conforme pasan los días, los meses para algunos y años para otros, hasta que lleguemos a verlo tan normal como si el euro hubiera sido nuestra moneda de siempre, sin acordarnos de la peseta, que pasará a una nueva vida, la de ser pieza de coleccionismo.
Luego vendrán otros que les harán la puñeta a sus contemporáneos, cambiando el euro por otra moneda, que seguramente a nosotros ya no nos molestará su uso, porque no estaremos por entonces en estos lugares, sino por otros donde no existen estas para comprar ni para vender.
En definitiva, apreciada Marcela, que a la hora de cobrar tendremos la impresión de que nos quitan algo; mientras a la hora de gastar quizás caigamos en la estupidez de creer que todo es más barato, que todo cuesta menos. Sin darnos cuenta de que todo va a seguir "casi" igual, que seguirá habiendo parados, que habrá muchos pobres y bastantes ricos, de esos que, sin casi, lo tienen todo, y que las estadísticas al fin y al cabo, pues del jamón anual que consumimos como termino medio cada uno de los españolitos al año, existirán muchos que ni lo prueban, mientras otros los tendrán a docenas. Y te dije lo de casi igual, sin olvidar otra vez el "casi", porque a la hora del redondeo, con la llegada del euro, siempre este será al alza, por lo que con su llegada seguro estoy que nos costarán al final más las cosas de a diario.
Posiblemente, el negocio lo harán también los fabricantes de monederos; así que, prepárense señores de Ubrique, pues volveremos a ser esclavos y ay de nosotros si no lo hacemos, de la "calderilla", que con cuarenta céntimos, por ejemplo, y durante poco tiempo, podremos tomarnos un cafetito o una caña y ya, en principio, sólo en principio, ni los céntimos serán despreciables.
¡Ah! que a ningún padre, ni abuelo, se le ocurra dar a sus pequeños, que se hartarán de reír, aunque estos sean equivalentes a unas 8 pelas de las de antes, que nos permitían antaño ir al cine y comprar algunas golosinas.
Así que, Marcelo, que uste los cambie bien y hasta el próximo viernes.
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