miércoles, 18 de septiembre de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992

 
MARTES, DÍA 3 DE NOVIEMBRE

DESCANSE EN PAZ

                    Me lo dijo Enrique Vergara cuando nos despedimos, después de la reunión habitual del Partido y de acompañarle a encerrar su coche, porque vivimos en casas muy cercanas, que estas palabras se las había dicho, el que yo tenía por amigo, Fernando Rueda, a Dolo, haciendo referencia a mí.
                    Y no sabe muy bien este caricato empingorotado de la política local que este es el camino elegido voluntariamente por y para mi paz política. Ya que si cree que me causó mi muerte, política, por supuesto, sería una de más de sus múltiples vanidades; pues jamás entró en ninguna de mis decisiones.
                    Después le oí en su final, durante su intervención en Televiso, y sirvió para reafirmarme en  el concepto que de él tengo, con sus sombras y sus luces, de las que ninguno nos libramos, al creer que es una persona que más cerca se tiene de la divinidad; pues ¿se ha equivocado alguna vez en algo?, ¿existe alguna persona que posea una mayor dosis de su verdad?, ¿quién le puede igualar en los valores humanos que él cacarea, tales como su lucidez mental, su entrega, su defensa hasta límites insospechados de su "localismo", su desvelo permanente por sus semejantes...?, y hasta me atrevería a señalar de su atractivo personal, engalanado igualmente por el dominio del lenguaje y una acumulación del saber casi enciclopédico.
                    ¡Dios nos libre de estos fenómenos de la naturaleza! Hitler también se creyó iluminado.
                    Claro que voy a descansar en paz, pero por mi voluntad y no por la intervención y el deseo suyo.

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