301.- CARTA DE UNA ROMERA A SANTA MARÍA DEL ALCOR
“Soñada querida Madre,
Refugio de mi pobre
alma,
Santuario de mis
penas,
Ermita de mis
esperanzas,
un sueño, hijo de
la noche,
cromo de la
madrugada,
me instó, presta, a
dirigirte
ésta, muy sincera
carta,
nacida en cuna
sencilla
entre suspiros,
criada,
suspiros de grande
amor,
amor de alma
enamorada
No sé sí algo cambiará,
en ti, Madre
idolatrada,
sí mejor serás,
Alcora,
cuando seas
coronada,
si tú, Virgen del
Alcor,
corona necesitaras,
para ser Reina del
Cielo,
Lucero de la
mañana,
la mejor de las
Romeras,
la Imagen más
veneradas,
en este predio
alcoreño
de gran devoción
mariana.
No sé, ni quiero saber,
de fiestas y
zarandajas,
vivir y morir, yo
quiero,
mirando tu bella
cara,
reflejándome en tus
ojos
como el sol en la
mar clara,
y dibujar mil
estrellas,
amorosas
luminarias,
reflejos de tu
bondad,
en el orillar de mi
alma
y estar siempre a
tu verita,
y rozar tu piel de
nácar,
extasiarme en tu
regazo
en una eterna
mañana,
besar a tu lindo
Niño,
cantarle una
hermosa nana,
y a ti, Virgen del
Alcor,
hablarte por
sevillanas,
callandito y muy
quedo,
para no romper la
magia
de unas populares
coplas,
de una voz
enamorada.
No sé, Pastora Divina,
Aurora de la
mañana,
si los fastos de
los hombres,
a tu corazón,
agradan,
sí los grandes
despilfarros,
en horas de crudas
lágrimas
y consentidas
miserias,
en vuestro sentir, encajan.
No sé, Reina del
Alcor,
pronto, Virgen
Coronada,
dónde El Viso,
amado pueblo,
dirigirá sus
miradas,
sí, hacia el fácil
celebrar,
sí, hacia tu
doliente cara,
reflejo de las
tragedias,
que a diario, las
mañanas
anuncian con recia
voz,
con ligereza, proclaman,
sin que éste,
nuestro mundo,
se mueva por
evitarlas.
Perdónanos, Gran Señora,
perdónanos, Madre
Santa,
romera del Alcor
soy,
romera soy por la
gracia
que un día me
concediste
cuando tu cara
miraba.
¡Bendita sean, mil
veces,
la hora y la feliz
mirada,
en que me hiciste
romera,
tú, mi Alcora
Coronada.
El Viso del Alcor, 14 de Septiembre de 2024
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