174 .- EL MEJOR VENDEDOR DEL MUNDO MUNDIAL
CAPÍTULO SEXTO
El azar, que es caprichoso
siempre, coge en un descuido
al siguiente vendedor,
que no es otro, que Io, el chino,
que cuando a estrado es llamado
súbele más su amarillo,
alargándose más aún
las líneas de sus ojillos,
salvando tan gran angustia
una sonrisa de pillo,
unos andares graciosos,
como dando algunos brincos;
eso sí, siempre al compás,
sin perder jamás el ritmo,
hasta que llega al lugar
donde le espera el suplicio,
sentándose en butacón
donde encuentra perdido,
ante la veintena de ojos,
que en él están más que fijos,
esperando con temblores
que de comienzo el sacrificio.
Como todos igualmente,
como títeres movidos,
le sonríen al mismo tiempo
dándole por bienvenido.
Pasado algunos minutos
el chino queda tranquilo
y al recibir la pregunta
se le escapa un buen suspiro,
que no era tan fiero el león,
que ni siquiera es minino,
pues tiene bastante claro
que lo más raro vendido
por él, en toda su vida,
fue la edición de un gran libro,
que encerraba todo el saber
del más puro comunismo,
a precio de baratija
y en formato de bolsillo,
para millones de obreros,
para tantos campesinos,
para la tropa aguerrida,
para todo el pueblo chino.
El Viso del Alcor, 12 de Mayo de 2024


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