MIÉRCOLES, DÍA 17 DE JUNIO
¡BETIS! ¡BEEEEETIS!
Difícil lo tenía, porque no es normal conseguir en un partido lo que no se ha hecho durante toda una temporada. Además, teniendo en frente a otro equipo que tiene más oficio y que Sevilla, esta temporada se le dio fabulosamente, ùes al otro equipo de la ciudad le ganó en cuatro ocasiones.
El resultado de La Coruña había creado unas ciertas esperanzas; pues perder allá por un solo gol de diferencia las hacía concebir. Después la historia fue más cruda y real. Eso sí, no se podrán quejar los directivos por la respuesta, como siempre, de su afición; porque no sólo se dejó el dinero en las taquillas, sino la garganta en el campo, y lo más llama mi atención, es el grito que encierra para el que esta en ella, más demencia que sentido común. Grito repetido hasta la saciedad cuando terminado el encuentro ya no había nada que hacer.
Lo que para cualquier otro hubiera supuesto un enorme desencanto y un grito de reproche por no conseguir el resultado apetecido, se convierte en droga colectiva de voces , que raya en la psicopatía o en un ejemplo más de locura colectiva.
Y después de todo qué queda, que no sea un comienzo más de otra aventura. Porque nadie se atreve a decir ahora que si no se subía a la Primera División el equipo desaparecería.
¿Pero cómo puede desaparecer este incomprensible fenómeno? Sería tan difícil como pretender callar estos gritos...

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