Un amigo detenido reclama mi presencia. En resumen, un alocado jinete, más por sus pocos años y más alcohol del que él puede digerir, monta el número de resistirse a la autoridad, que le obliga violentamente a bajarse del caballo. Reacción en cadena de otros jóvenes, así como de otros que no lo son ya, presionan a la Policía, que se descontrola y atemorizada y uno de los agentes usa un Spray cegador y se monta la marimorena, con algunas detenciones y un considerable aumento de la tensión. Afortunadamente todo queda en nada de momento; pero que puede traer cola más adelante. En síntesis, todo fue como consecuencia de una falta de "autoridad" del que la tenía que ejercer, dejando en evidencia a los municipales, desautorizándolos, y sin tener en cuenta los riesgos del hecho que podrían originarse. Así mismo lo dijo un policía de Alcalá, que venían de refuerzo en las fiestas y no se equivocaba.
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