134 .- EL DONCEL Y LA AMAPOLA ( II )
Se sorprendió aquel doncel
cuando una linda amapola,
de los millares que ve,
háblale con voz sonora,
erizándole la piel
y secándole la boca,
porque no se puede creer
que una flor, palabra toma.
Con dulzura le hace ver,
no exenta de cierta sorna,
que ni el ángel, ni Luzbel,
son de esta absurda historia,
que si desmontó el corcel
a su persona graciosa,
fue por no poder con él,
dada su figura oronda.
Que era tal su pesadez,
que ya el jaco no se conforma,
buscando primera vez
para que alivie su monta,
que deje el mucho comer,
el estar siempre sentado
y tranquilidad le dé
en los campos de amapolas.
El Viso del Alcor, 8 de Marzo de 2024
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