138 .- EL SABIO SERAFÍN Y EL DELFÍN ( I )
Supo el sabio Serafín
aquella historia curiosa,
gracias a un simpar delfín,
que perdido entre las rocas
y viendo cercano el fin
de su vida muy gozosa,
halló forma de salir
de situación azarosa,
por la mediación sutil
del más docto de la costa,
aunque ya bastante senil,
con fuerte ataque de gota,
delgado como lombriz
y que tiene el bien por norma.
El paciente Serafín,
red que al cetáceo ahoga,
con preciado bisturí,
muy hábilmente la corta.
Y con sus caricias mil,
más mezclas de rosas rojas,
con ungüento de alhelí,
que curan sus carnes rotas,
devuélvenle su existir,
en esperando las horas
que las mareas al subir,
inunden aquellas rocas,
causantes de su sufrir,
y lo alejen de la costa,
donde estuvo su morir,
a no ser por su persona.
ante actitud tan hermosa,
le invitó a en él, subir,
sobre su espalda sedosa,
para llevarle en un tris,
viajando entre altas olas
hasta el último confín,
ligero cual mariposa,
a un lugar sin descubrir
por las pérfidas personas,
donde se cuentan por mil
los despojos que atesora,
arrojados sin sentir,
como muestras de sus sobras,
por gentes de mal vivir,
que a su mar arrojan.
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