DOMINGO, DÍA 26 DE ABRIL
ELENITA
Estaba tan nerviosa la niña que se le subió el pavo y parecía que las pilas se le habían agotado. Recibió infinidad de regalos en su cumple y su enorme alegría se veía algo limitada por la dichosa ortodoncia, impidiéndole las carcajadas por aquellas dichas recibidas.
Los mayores ocupábamos un rincón del salón, mientras que en una mesa grande estaban instalados los peques, la gente menuda, que se divertía en principio explotando globos de colores y después con los payasos "Hermanos Díaz", a los que le faltaba el órgano, estropeado por sus múltiples batallas, pero como buenos músicos, con otros instrumentos y sus variadas payasadas y bromas hicieron las delicias de la chiquillería. El ambiente grato y agradable era palpable.
Después, sus padres, Auxi y Teo, nos invitaron a comer a un apartahotel de Alcalá de Guadaira, de nombre Silos, no muy grande, coqueto y montado con exquisito gusto; seguramente inaugurado recientemente y preparado para la Expo92, porque aquí son muchos los establecimientos que se han abierto para tal acontecimiento.
Y por la noche la fiesta se truncó cuando me avisaron que un compañero había fallecido.
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