sábado, 13 de enero de 2024

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992


JUEVES, DÍA 28 DE MARZO

CAYÓ EL ARCIPRESTE DE IRÚN

                    La solidaridad es cualidad apreciada  y necesaria para la humanidad y aún más en un sacerdote, que tiene que dar permanentemente ejemplo de ella, o por lo menos debe ejercitarla; pero solidaridad con aquellos que matan, como está ocurriendo últimamente con el mayor de los descaros y sin tener en cuenta a quién, ni cómo, ni cuándo, ni donde..., se transforma en colaboración con la muerte, con el vil asesinato.
                    Claro que a estas alturas se puede uno preguntar que qué fue antes, aquello del huevo y la gallina, ¿no? Si es que este señor, por llamarle de alguna forma, ya sentía simpatías por ETA y fue ordenado sacerdote en el doble sentido para ser sacerdote y pasar desapercibido o sisus simpatías nacieron después; o por que no también, se vio obligado a ello.
                    Lo cierto es que cada vez nos da más la impresión que en todo este tremendo y complejo jaleo, el clero, o parte importante de él, tiene que ver con el mismo. Pues si los obispos, a veces hablan más de la cuenta, ¿qué no habrá detrás de ellos?; teniendo en cuenta que el miedo y la afectividad y otras muchas cosas más, son libres.
                    Y uno se pregunta de nuevo: ¿Que clase de cristianismo puede predicar ese sacerdote?, ¿Qué ideal de vida defiende?, ¿Qué sentirá cuando a través de los medios de comunicación vea que siguen matando?, ¿Con qué cara y argumentos explicará o invitará a sus feligreses al amor fraterno o incluso el perdón que ejemplarizó Cristo?... Demasiadas preguntas, que al quedar sin respuestas demuestran el contenido de su farsa, en donde interpreta el rol de un pastor espiritual.



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