MIÉRCOLES, DÍA 25 DE MARZO
LA GRIPE DEL PRESIDENTE
Claro que el Sr. González puede coger la gripe, como cualquier mortal; pero el oportunismo o la coincidencia han venido a demostrar la devaluación de un Debate del Estado de la Nación, que además cada vez cuenta con menor atractivo, desgraciadamente.
Lo que tenía que ser un análisis de la situación real de nuestro país, un diagnóstico claro por parte de aquellos que se ocupan de su salud - la del país, no la del Presidente - , para sanar lo enfermo y fortalecer lo sano y saludable, se convierte en un frontón entre las dos partes. El Sr. González lanza su discurso, que es seguido por la oposición con un cierto interés para soltarle después con otro discursito que ya lo trae preparado y que a lo peor no responde al anterior, pero que hay que leer con escrupulosidad, sencillamente porque es el que trae y porque, como el de los anteriores, tienen las cosas claras que tienen que decir antes del debate y ninguno quiere salirse de su guión.
No faltan los que critican con la boquita pequeña porque ya han conseguido algo antes del dichoso debate, o lo piensan conseguir en su momento. Y, por otro lado, el "mandamás" contesta a quein quiere y como quiere, que para eso lo es. Y el "hemiciclo" - mira que si lo escribo mal por falta de costumbre - se vacía a veces, según la importancia del que habla; encontrándonos en las votaciones la existencia de uno o una, como en el baloncesto, que marca la jugada, con los dedos de su mano...
Luego uno, inocentemente, pregunta a la gente de la calle, a la gente de a pie, qué le ha parecido el debate y la mayoría no contesta o no le da la gana de contestar; pero lo que más les molesta es que nos tomen por tonto, ademñas de tomarnos el pelo. Y uno, no ya no inocentemente, piensa en la poca altura política de los parlamentarios que están allí por nosotros, pero que nos olvidan demasiado pronto.
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