117 .- LAS ARBOLEDAS ( V )
La secuoya interviene
desde su copa estrecha,
con hojas resistentes,
en mole gigantesca.
La escena tan silente,
porque es más que longeva,
muestra que es evidente,
que todos la respetan.
Este ciprés no siente
inquina verdadera.
¿Será que amor presiente
por la sutil palmera?
Que como humano miente
cuando se ama de veras,
sin ser amado, y teme
la soledad eterna.
Yo quiere comprenderle
desde esta, mi grandeza,
y lo invito a que deje
para siempre sus quejas.
Pues cada cual merece
en la bendita tierra,
que todos se respeten,
y sin rencor crezcan.
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