Hace frío, bastante frío, por esta tierra, hoy, y uno busca la chimenea con un grato tronco que arde sin timidez y reconforta mi estancia en el salón, con la complicidad de una mesa de camilla, y sin quererlo me veo atrapado por la magia del fuego, de ese fuego que acompañado del silencio se hace verso.
VIAJE A LOMOS DEL FUEGO ( I )
Mirando la chimenea,
perdí la noción del tiempo
y me encontré navegando,
sobre un velero de fuego,
en mares desconocidos
del cielo y de los infiernos.
El aroma de alhucema,
como mágico señuelo,
me arrastro, cual gota de aire,
a un desvariado sueño,
antesala inevitable
de un desconocido cuento,
en el que lo inverosimil
era simplemente juego.
La vida y la fantasía,
atadas, en mí crecieron
dándole nuevo formato,
al libro de mis recuerdos,
mutando la realidad
que guardaba en mis adentros.
Caminé por la quimera,
subido en lengua de fuego,
y animoso conversé
con mis más queridos muertos,
sobre la veracidad
de sus nuevos aposentos,
sobre sus días, sus noches,
n aquel lugar incierto
que a los ignaros mortales
nos tiene quitado el sueño.
Sobre una yegua de humo,
de crines de terciopelo,
cabalgué sobre las tierras
de lava y quemado estiércol,
monótono panorama
de un desabrido infierno.
personajes populares,
de la historia y de los cuentos,
muchas caras conocidas,
señores de golpes en pecho,
se asomaron a mis ojos,
en aquel viaje siniestro,
dejándome gusto amargo,
acrecentando mis miedos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario