JUEVES, DÍA 6 DE FEBRERO
AL FIN LO CONSIGUIERON; PARA ELLOS UNA GRAN PROEZA
Me refiero al equipo de baloncesto de El Viso, donde juega uno de mis mellis, Alejandro y que últimamente dirige mi hijo mayor, José Ángel, al conseguir clasificarse para la fase final de la provincia de Sevilla, al ganar en el último encuentro al equipo de Carmona a domicilio. Maristas y ellos, los clasificados, sólo perdieron tres encuentros en la fase regular; en un grupo, donde el Náutico y el Coria también destacaron, al igual que Carmona, que al vencer en su campo a ambos, los apeó de la siguiente ronda.
Brillante la temporada de los jóvenes componentes del equipo local, que tan sólo perdió un encuentro, frente al Maristas, por dos puntos y sufriendo un arbitraje nefasto, y al que ganó a domicilio por un punto. Fuera solamente perdió con el Náutico, con la misma diferencia de puntos en ambos partidos que los enfrentaron; y con el Coria, que en su casa es casi imposible batirle, en donde se pueden incluir razones "extradeportivas", que cuenta además con un pívot de los más destacados de la provincia en edad juvenil; jugador que en manos de un buen entrenador podría llegar a vivir de este deporte de la canasta, al que acompañan unos compañeros que pelean cada partido a muerte; además de tener la suerte de contar con una afición, juventud plena, que le han dado ánimos, tanto fuera como en casa, para ganar partidos difíciles en que se consideraban como "perdedores" antes de jugarse.
Si los nuestros han conseguido esta proeza, por lo menos para ellos, sin entrenador titulado y por tanto, con entrenamientos formales; teniendo también que solucionar los propios jugadores, los gastos del club, el pago de la inscripción federativa y derechos arbitrales, la burocracia de esta competición, no menos exigente, etc. Más de uno se preguntará qué hubiera pasado si detrás de ellos hubieran tenido una organización normal y mínima.
Así, desgraciadamente, está nuestro deporte base; siendo este un botón más de la dejadez que existe, sin culpar a nadie.
Mientras que otros participan de la tarta, más o menos grande, aquí, no les dejaron ni encender las velas.
¡Enhorabuena, valientes!
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