viernes, 3 de noviembre de 2023

VIVENCIAS DE UN AÑO MÍTICO, 1992


MARTES, DÍA 4 DE FEBRERO

                                                         ACCIDENTE MORTAL 

                    Qué realidad más grande la del contenido de la aseveración de "que no somos nadie". Ya no me volverá a gastar bromas, como siempre lo hacía; no sólo a mí, sino a todos los amigos, porque él era así.
                     Hoy nos gastó su última y pesada broma, la que nadie hubiera querido, porque las suyas eran de otra manera. Ya no veremos más juntos los partidos de fútbol de nuestro equipo, desde el córner de la pequeña grada del San Sebastián, que daba al Pabellón Cubierto, y en donde nosotros creíamos que el U.P.Viso marcaba más goles. Porque además fuimos directivos de este club en los años difíciles de los comienzos del nuevo equipo y del que fue Presidente. Fue de aquellos históricos que hicieron los vestuarios actuales; junto a hombres como Antonio, el grande, el de la Casera, que también llegó a ocupar la Presidencia del Club, igual que Ramón "Bullate", que hacía poco había dejado de jugar; que Colchón y tantos otros.
                    Al recordarlo con aquel otro amigo, que tenía el Taller de lavado y engrase en la calle San Laureano o con su primo, sin palabras, con sólo mirarnos, se me hizo un nudo en la garganta y tuve que hacer un gran esfuerzo para sujetar mis lágrimas y refugiarme en otra conversación.
                    Venía de Sevilla como otros tantos días, con más o menos prisa, pa de la rutina diaria, para llegar a su casa y descansar de su dura tarea de contratistas, de los buenos, con más de 50 personas a su cargo, cuando un traicionero accidente le segó la vida; al igual que a otra buena mujer que ocupaba un taxí para ir al Ambulatoria de Alcalá de Guadaira, y que también se marchó de este mundo para siempre. Y para más pena, la del trágico encuentro de uno de sus hijos, que viniendo también de su trabajo, se encontró a su padre, ya sin vida, tumbado en la cuneta.
                    Adiós, "Nene Campanito, donde eras conocido de esta forma; la verdad es que como muchos amigos no conocíamos tu nombre ni tus paellidos, ¡Qué importa esto!; pero sí sé que se nos fue un buen amigo, de los de verdad y que te echaremos de menos, sobre todo en esos sábados y domingos, y nos juntemos en el córner del campo de fútbol, cuando juegue nuestro equipo...



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