SÁBADO, DÍA 1 DE FEBRERO
LA INGRATITUD DE ELLOS O LA MÍA
En nuestra casa ya hay dos televisores y a mí, me agrada ver el partido de fútbol de la jornada sabatina; pero si a esa misma hora hay otros espacios diferentes, que son del agrado de los otros miembros de la familia, surgen los problemas.
Por ejemplo, ponen en la pantalla la famosa serie del momento conocida como "Manuela", que les encanta a la abuela y a mamá; así que se ocupa uno de los televisores, porque cualquiera se opone a privarlas de ella. Y nuestro hijo mayor como tiene mucho interés en ver cualquier cosa que le interesa mucho, ocupa la segunda.
Y yo, que llego el último, todo enfadado, me encuentro oyendo el partidito de turno encerrado en mi cuarto.
Entonces por qué me enfado, pues ellos también tienen derecho a ver lo que les gusta, ¿verdad?
Y en el absurdo de los absurdos, hasta alguien pensará que la solución está en que cada miembro de la familia tenga su televisor particular. ¿De locos, no? Cuando lo más sensato es, y que sirva para todos sin distinción, es ver menos la dichosa televisión...
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