UN 15 DE ABRIL DE CUALQUIER AÑO ( III )
Un banco y una maleta,
anónimos protagonistas,
son los silentes notarios
de un juego de fantasía,
que nos regala una voz
despierta, sonora, viva,
ornada de sencillez
y de bien decir, vestida,
hija de recia garganta,
en mil poemas, curtida,
que leva ancla y velamen
de las secretas barquillas
que cada uno guardamos
en nuestras propias orillas.
anónimos protagonistas,
son los silentes notarios
de un juego de fantasía,
que nos regala una voz
despierta, sonora, viva,
ornada de sencillez
y de bien decir, vestida,
hija de recia garganta,
en mil poemas, curtida,
que leva ancla y velamen
de las secretas barquillas
que cada uno guardamos
en nuestras propias orillas.
buscando la cercanía,
el gesto y la voz se amaron
con amor ciego de artistas,
y los jóvenes poemas,
dichosos y a la deriva,
navegaron por la sala
con sus palabras henchidas
de arrobamientos y asombros,
de atenciones y de dichas,
llenas de luces y glorias,
concertando melodía.
como alba chiquillería,
unos aplausos sinceros,
retazos de agua bendita,
laurel, premio, galardón,
de mentes agradecidas,
a un saber y bien decir
palabras de amanecida
y a unas voces de cristal
con amores esculpidas,
en el catártico fuego
de la fragua de la vida.
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