Sábado, día 23 de Diciembre
DESPUÉS DE GRABAR EL MENSAJE DA NAVIDAD PARA TELEVISO, UNA REUNIÓN BIEN EXTRAÑA EN EL BAR DE LA PLAZA DE ABASTOS
El mensaje salió a a primera, no hubo de repetir nada, de ahí su naturalidad. Lo montamos en el despacho de la Alcaldía y espero y que se vea bien, no sólo por la importancia del acontecimiento, sino por poder transmitir a todos los visueños este deseo de paz y felicidad.
Es la primera vez que lo hago en este medio televisivo y por tercera vez en la Radio, con la misma intención; destacando que estos deseos deben ser permanentes y no respondiendo a esporádicos momentos o a formulismo social; incluyendo de paso la mejora de nuestro pueblo y la intención de una mayor y mejor generosidad de los que más tienen hacia sus semejantes más desfavorecidos.
Y llegando el mediodía, sin saber la causa concreta que lo originó, nos vimos en la Plaza de Abastos de Santa Marta, en el bar del Lesme, un grupo de los más variopinto y hasta extraño. Allí había de todo, hasta un cantaor de lo más pintoresco, el Cascabel, con su clásico olfato a todo lo que supone comer, beber, cantar y recibir alguna propina especial, y ya en decadencia. Ignorando igualmente con quién vino o quién lo trajo. Fui con mi cuñado Rafael Blasco y con mi hermano Clemente. Formaban parte algunos de la reunión de ganaderos de Piugaval, los banqueros del pueblo, el "Cazoli", Paco el Fino y Manolito Martín; por otra parte, El Mohoso, Roberto Borreguero, el Espartero cristalero del pueblo, Paco Núñez,el de la Imprenta; otro médico, Diego León, Antonio Confite, el largo, y más bancarios, como José Manuel Cuesta y el director de la Caja de Ahorros; haciéndole el negocio a Diego, al beber sin tiento y comer más de la cuenta. Cayó hasta una paletilla de las buenas, de las reservadas para las ocasiones especiales y se pagó con generosidad, sin que nadie se quejara, cuando pagamos a "escote" unas cuantas miles de "pelas". Los de siempre se pasaron en esta ocasión con los petarditos y aquellos que se atrevieron a gastar bromas pesadas de palabras, también las recibieron con creces.
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