sábado, 10 de junio de 2023

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO 2

Miércoles, 20 de marzo de 2019. 

A 60 días de las BODAS DE ORO 

 

¿QUIÉN DA MÁS? 

 

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                       ( II )


             El DESTINO, como atrayente y, a la par, desesperanzador juego inventado por el hombre para acallar y disimular su corto poder en el magno universo en que nos movemos, presenta, como casi todo lo humano, múltiples y diferenciadas parejas de caras o caretas. El dolor y la alegría se hermanan en el DESTINO; la gloria y el fracaso se pasean juntas de la mano del DESTINO; la vida y la muerte son regaladas y robadas por el DESTINO, y hasta la realidad y la fantasía se vuelven marionetas del DESTINO. 

 

             No puedo, ni quiero aceptar como verdades las frecuentes expresiones populares que, en las suertes o las desgracias de la humana vida, sentencian con firmeza irreversible y con descarado conformismo el pasado, el presente y el futuro de los hombres. Expresiones como: “Era su destino”, “Estaba destinado para él”, pregonan la inutilidad y flaqueza de la LIBERTAD humana, anulan el sentido de responsabilidad al obrar y nos convierten a todos en peleles dependientes y manejados por una fuerza superior y desconocida llamada DESTINO. 

 

                Cuando ocurre algo en nuestras vidas, grande o pequeño, alegre o triste, importante o irrelevante y oigo la expresión: “Estaba escrito”, me resisto a creer que pueda existir un libro capaz de contener, desde el principio de los tiempos, la historia detallada de todos los seres de la creación y mucho más me cuesta creer en la existencia del escribano de ese extraordinario e infalible libro llamado DESTINO. 

 

                 Y a pesar de mi incredulidad en el DESTINO, de mi resistencia a creer en su existencia y del propósito de alejarme de él lo más posible, en cuanto me descuido, me convierto en desconcertado feligrés, en   adicto seguidor y en empedernido creyente del DESTINO. 

 

               Para consuelo de este modesto escritor, me figuro que a la mayoría de ustedes les ocurrirá, en mayor o menor grado, algo parecido a lo que a mí me ocurre, con lo cual, al compartir debilidades y flaquezas humanas, nuestros DESTINOS serán muy parecidos y si así no fuera, tendríamos que quejarnos seriamente al inventor del injusto DESTINO.            

       

             El DESTINO, sin quererlo, sin saberlo y desconociendo si existe o no, termina por convertirse en un permanente e inseparable amigo y compañero de todos nosotros a lo largo y ancho de nuestras breves vidas. Soporta éste, la pesada y descomunal carga de ser el responsable final de todo lo que nos ha ocurrido, nos ocurre y nos ocurrirá a todo el género humano.  El inventado DESTINO, con alma de ordenador gigante, programa todos los átomos de vida humana, negándonos el valor del LIBRE ALBEDRÍO. ¿Será el hombre del recién inaugurado tercer milenio capaz de desterrar el DESTINO al olvido? ¿Será el moderno hombre capaz, con la ayuda de su LIBERTAD, de derrotar y destronar al poderoso DESTINO?  ¿Será el nuevo hombre capaz de desterrar al DESTINO al increíble mundo de los cuentos infantiles, devolviéndonos la fe y la esperanza en la LIBERTAD? 

 

                Ahí quedan esas preguntas, para que otros hombres más lúcidos y sabios, las respondan acertadamente. Mientras nosotros, frágiles mortales, nos seguiremos moviendo, como despistados y desorientados electores, entre el DESTINO y la LIBERTAD o entre la LIBERTAD y el DESTINO, sin saber que escoger o con cuál de ellos quedarnos.  

 

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