Jueves, día 21 de septiembre
NO
COMPRENDO COMO UN HOMBRE DE TANTO MUNDO PUEDA EMOCIONARSE CON UNA DE SUS
CANCIONES
Hay programas de TV que por ser en la sobremesa algunas veces los veo, aunque a retazos, porque después de comer mi mejor somnífero es este medio y porque sin quitarle mérito a su trabajo, la impresión que me produce Jesús Hermida es la de empalago, estiramiento y demasiada afectación y raramente podría aguantarlo entero. Creo recordar que su espacio televisivo se llama “A mi manera” y desde luego que así lo hace y entre sus entrevistados había dos personas “archinococidas. ¿Quién no sabe algo de Kubala? ¿Qué mortal de este país no ha oído cantar a J.M. Serrat? Que en orden a mis simpatías, no en cuanto a su profesionalidad que lo fueron como la copa de un pino, ni de sus méritos respectivos que los tienen y muchos, no son tampoco muchas y en especial hacia el cantante, por aquello de tener que soportarlo alguna que otra vez cantando en catalán, que no le quito su derecho a hacerlo, al igual que alguna leyenda negra dirigida contra su persona y el aprovechamiento de su “progresismo” para ingresar más.
Y de pronto me quedo sorprendido,
cuando al oír una de sus canciones, la de Penélope, por una orquesta y coro del
espacio, se le notaba entusiasmado, seguía con atención la misma y se le veía,
según unos primeros planos, el brillo de pequeñas lágrimas que intentaban
brotar de sus ojos, demostrando que es terrenal. ¿Cómo es posible, me
preguntaba, que siendo un hombre de tanto mundo pudiera emocionarse con una
cosa así? Será por aquello de la importancia de lo pequeño y del aprecio a lo
que uno es capaz de crear por muy insignificante que sea…
No hay comentarios:
Publicar un comentario