Lunes, día 11 de septiembre
LA
NOCHE DE LA CHOCOLATADA
Es curioso comprobar la reacción de las personas. Quizás reiteradamente he señalado que estas fiestas estaban a punto de desaparecer y por “arte de la rebelión” no sólo ganó en brillantez, sino que dio origen a facetas que pueden convertirse en norma, hasta que otro día en el tiempo pueda correr el riesgo de volver a difuminarse.
Y una de las cosas que ha surgido es lo que empieza a considerarse como la noche de la chocolatada, que comienza a prepararse con alguna antelación, pero que se hace realidad al terminar la felicitación a la Patrona, que se realiza en función religiosa a las doce de la noche.
La gente prepara auténticos tinglados en la
calle y se dispone para dos cosas fundamentalmente, a pasarlo bien, a
divertirse, que ya la vida tiene amarguras suficientes durante casi todos los
días del año, y a atender a los que por
cada uno de ellos pasa, poniendo en práctica esa característica de los
visueños, la de su generosidad o más que esta, su facilidad para imitar ese
“slogan” coruñés, de que nadie se sienta forastero. Recorrimos muchos rincones
y en todos fuimos fenomenalmente atendidos y lo que es más importante,
encontrándonos con ambientes sanos y alegres. Desplazando el chocolate, que no
falta y cada uno de su padre y de su madre, a otras bebidas, principalmente al
anís o aguardiente, de los que El Viso tuvo fama, y todo tipo de viandas, que
le sirven de compañía, tales como bizcochos visueños, magdalenas, dulces
locales, etc., entre bromas y cantos, donde predominan las sevillanas, ya
algunas dedicadas a nuestro pueblo y a su Santísima Madre, la del Alcor.
Bonita víspera a una de sus fiestas
mayores.

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