Domingo, 20 de enero de 2019.
A 122 días de las BODAS DE ORO
CUANDO NO HAY TEMA, A “ABSURDEAR”.
DISPARATE DOMINGUERO
Lo poco bueno que nos quedaba se fue al garete y lo mucho bueno por conocer, como caballo desbocado, se alejó tanto y tanto, que llegamos a perderlo de vista y ¿Qué nos quedó después de tamaña pérdida? Pues nada bueno nos quedó. Sólo un hálito de vida y unas pocas de inspiraciones y expiraciones, a punto de agotarse, a punto de alistarse en la lista de los parados sin ninguna clase de prestación.
Mientras, lo mucho malo que nos rodeaba, no estaba dispuesto, ni una migaja, a reciclarse, a agrandar el poco espacio de lo poco bueno. Sólo pensaba en clave de egoísmo absurdo. Y así, cualquiera se atrevía a presentar una propuesta perdedora, antes de ser propuesta.
¡Qué fatiga, madre, cuando lo mucho malo y lo poco bueno no se ponen de acuerdo para adelgazar uno y engordar el otro! ¡Qué malangas son los dos, ambos!
¡Mira por dónde! ¿Por dónde mirar?
¿Por dónde tirar y qué trampas hay que poner, para que los muchos malos, en un descuido, en un abandono, les hagan unas barriguitas a los pocos buenos y les nazcan a estos, más muchos buenos?
Pues mira, no es mala idea, pero ¿Cómo se hace eso? Habrá que buscar un experto en la materia, realizar unos cursos y hacer residencias para más muchos buenos.
Y los absurdos que se cuelan en cualquier patio de vecinos, con sus ideas absurdas, solucionaron las desigualdades entre los muchos malos, los pocos buenos, los pocos malos y los muchos buenos, y el mundo volvió a ser como era y seguirá siendo, un auténtico CAOS sobrado de ABSURDOS, como este disparate dominguero.
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