Martes, día 1 de agosto
ANIMALES DE COSTUMBRES Y DE INMEDIATA
ADAPTACIÓN
Hace
prácticamente once meses que abandonamos esta casa arrendada en Isla Cristina y
hoy cuando escribo estas notas, ya afincado de nuevo en ella, tengo la
impresión de una inmediatez terrible, que no ha existido este espacio de tiempo
tan largo por medio. Salvo escasas modificaciones, incluso propias de cualquier
cotidiano hogar, casi todo está igual, ni ha cambiado el lugar su entorno, ni
los personajes, por lo que se hace más idéntica la situación, ni siquiera
recuerdos nostálgicos, memorias de ausencias, por lo que todo contribuye a una
continuidad pasmosa. Y lo curioso es que este sentir repetido en otros
rincones, como Cullera, Tabernes de Valdigna, Cádiz, etc., sólo terminas,
cuando ya no vuelves otra vez, casi por olvidarlos, dándonos la impresión de un
correr demasiado deprisa el tiempo, que te hace con no quedarte con nada de
ellos, sino tan sólo como de imágenes
vistas a través de la ventanilla
del tren rápido, que nadie puede negar
que están ahí, pero que se nos escapan y son difíciles de saborear.
Todo
ello viene a descubrirnos la fugacidad, por no decir falsedad, de ese invento
humano que es el “tiempo”; así como nuestra enorme capacidad de adaptación
inmediata a lo que no nos desagrada; ya que distinto sería si el ambiente
encontrado fuera hostil y que si no desapareciera, el intento obligado e
instintivo de adaptación, nos costaría mucho más.

No hay comentarios:
Publicar un comentario