Domingo, día 30 de julio
OTRA
RIÑA SIN SENTIDO
Con el calor que está haciendo no
apetece salir y sin quererlo hemos reducido nuestro ocio, además de la siesta a
la televisión, tragándonos todo lo que nos echen; de vez en cuando alguna
lectura, escribir poco y el no hacer nada, lo que se dice nada; ni siquiera una
meditación o reflexión acerca de los problemas profesionales o familiares que
te envuelven en la rutina de lo cotidiano.
El tiempo contribuye a ello y cuando
menos te lo esperas salta la chispa y el fuego se enciende, produciéndote una
quemazón que te consume interiormente y hasta te hace brotar pensamientos
estúpidos de desahogar tu malestar arrojando objetos, que si nada tienen que
ver con el problema no levantarían la voz contra ti.
Es igual que estuviera planchando,
rodeada de un calor casi infernal, o que se asomara a hurtadillas para ver si
dormitaba, leía o veía la tele; o en la hora de comer o la de fregar la recién
ensuciada vajilla, o la de acostarse, o la de salir o entrar, o de molestar por
el desorden…, es igual y dentro de esos puntos suspensivos cabe todo.
Y lo triste es que siempre todo se
reduce al cochino dinero, como si detrás o al margen de este, no hubiera otras
cosas por las que luchar, por las que agradecer, por las que padecer y gozar.
Ya son muchas, demasiadas…

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