Sábado, día 12 de agosto
SARDINAS, GAMBAS Y SANGRÍA. POR LA NOCHE DOLOR DE CABEZA
Cualquier motivo es bueno para reunirse en cualquier sitio y cualquier motivo es bueno para que la reunión sea causa de una comilona y lógicamente en estas tierras corresponde el hacerla a base de pescados y mariscos. Entonces uno descubre que la sardina es un plato exquisito que no tiene nada que envidiar a las gambas, por supuesto, cuando no estás saturado de estas y si además, la reunión y el comer se convierten en motivo para pasar un rato más que agradable con unos amigos, no es de extrañar que se busquen estos motivos.
Todo es agradable, el lugar, con esta luz de Huelva que nunca se acaba y que en su atardecer tiene el embrujo de ser más luminosa que otras; entre pinos que además de su sombra y olores, cuando elevas la vista al cielo, parecen cobijarte entre sus múltiples ramas sin aperturas; y con la lengua suelta, por mor de la sangría, algo más que dulzona, que te la va liberando conforme se va adueñando de ti.
Y todos forzando la máquina del cante para que Manolo se
arrancara, sin éxito en principio, porque se hace rogar y se deja querer. Tan
sólo se le escapó un fandango, de los de aquí, y sigue teniendo madera y
maneras; pues lo de ser notario nada tiene que ver y no es antagónico con el
flamenco, digo yo; ya que, entre otras cosas, porque con la habilidad de cantar
se nace y lo de notario se hace. Claro está, si te dejan, si te dejan los otros
notarios. Y entre tantos que casi respiramos el mismo aire político, ¿cómo no
íbamos a hablar de política?; sobre todo, de los que están en la otra acera y
que no paran de regalarnos los oídos.
Y
de la “Piedra” y las próximas elecciones, que se convirtieron igualmente en
motivo de conversación, otro motivo, como el hablar de comida cuando se está
comiendo, algo muy nuestro.


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