Lunes, día 7 de agosto
¿MANÍA O COMPLEJO?
Alguna razón habrá para que no quiera ir al Bingo y puesto a averiguarlo lo mejor es pensar en ello. En primer lugar es que el dinero conseguido así lo veo raro y no confío además en obtenerlo de esta manera, pues al final aumentaría la afición, la dependencia y volvería con creces al mismo redil; así que para no querer riesgos, lo mejor es no probarlo.
En segundo lugar, porque pienso que cada vez hay más personas ligadas a este juego, que se dejan en él sus ilusiones y sus miserias, amén del dinero, lo que les crea más miserias e ilusiones, jamás satisfechas.
En tercer lugar, porque gran número de sus habituales
usuarios son mujeres, que abandonan algunos de sus quehaceres y que se ven
esclavizadas por este aparente entretenimiento; sobre todo, mayores que cifran
la gran ilusión de su vida en conseguir un Bingo de ensueño. Y lo que más me
molesta y esto puede ser exceso de puritanismo por mi parte o egoísmo o como
quiera entenderse, es el goce que les produce el ir, aun perdiendo; no digamos
cuando consiguen una insignificante línea o un pleno, repartido normalmente, que
no llega ni a cubrir las cantidades ya jugadas en ocasiones anteriores; así
como esa risa nerviosa y de felicidad cuando hablan de lo conseguido, de ir y
de la ilusión en el gran golpe.
Será una de mis manías, pero es que sin poderlo evitar me repatea, en especial y no me importa que me tachen de machista, en la mujer, por aquello de ser tan miradas, la mayoría, por el dinero. Claro que, también habría que reflexionar del porqué me molesta más en ellas que en el hombre, lo que me llevaría a llenar otra página.

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