Martes, día 27 de junio
OTRA VEZ PIDIENDO CARIDAD
Este
caso sí que es curioso, siempre que nos encontramos me recuerda aquel chiste
del Sr, Pobrecito que lo era tanto, que tenía muchos hijos igual de pobrecitos
que él, cada cual con sus viejas mansiones, con multitud de criados pobres, con
viejos modelos automovilísticos, con haciendas pobres en países más pobres
todavía… - sin palabras –. Se trata de un señor ya jubilado, médico de
profesión, de los que ganaron dinero como funcionarios y en sus varias
consultas privadas, una de ellas en este pueblo, con más de una finca, la
mayoría sin explotarla para correr menos riesgos, que seguro que con el tiempo
reuniría un buen “patrimonio”, porque entonces esto se llevaba, con sus hijos
estudiando excelente carreras universitarias, algunos hasta haciendo su
especialidad en el extranjero, con múltiples viviendas, etc. etc…
Y
cuando el Ayuntamiento fija su mirada en una de sus propiedades para un
proyecto interesante, esperanzador y necesario y se inicia su proceso de
expropiación, aparece el achacoso hombre casi sin habla, lamentándose de su
perra vida y de su corta hacienda, pidiéndonos una y otra vez caridad.
Así se escribe esta triste historia; menos mal que también existen frases que pueden acabar con sus continuos lamentos, como aquella de que nosotros no estamos en política para hacer caridad, sino para hacer justicia.
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