Viernes, día 7 de julio
LA
MUERTE SIGUE SIENDO INEXPLICABLE
Hay noticias que te golpean y
resulta difícil alejarlas de tu mente, en especial ello me ocurre cuando la
parca usa su guadaña en una persona de fuerte vitalidad. Antes de emprender
viaje a Sevilla, mi hermano Clemente me la dio, al anunciarnos que se había
matado en un accidente de automóvil un conocido de todos, el “Pajuco”.
¿Quién no conoce aquí a este
personaje tan diferente? Mis relaciones con él siempre han sido bien cordiales,
su amaneramiento no ha sido obstáculo para que nos conociéramos y para que
colaborase con nosotros, como cuando salió de Rey Mago en la Cabalgata de Reyes
de hace dos o tres años o cuando llegó a costear una carroza con la Estatua de
la Libertad, que no podía ser otra la imagen escogida, para destacar a la Reina
de entonces, que no era otra que su querida sobrina.
Además del Pub “New Garden”, donde di el
primer pregón de los Reyes, últimamente había montado un “chiringuito” en la
que empieza a llamarse “Costa Seca” de El Viso, en los terrenos del recinto
ferial, auténtico Mirador de la Vega y hará un par de semanas nos invitó a
tomar unas copas.
Cuando entrábamos en Sevilla por la corta
estaban retirando el destrozado coche los agentes de tráfico. Luego, he sabido
que viajaba con él un jovencito de aquí, que se prestaría a sus requerimientos
y dineros a su cambio, porque su homosexualidad era evidente y bien conocida,
lo que no quita que haya sentido su muerte de verdad y que aún sin saber o no sirve
para algo, hizo despertar en mí la necesidad del rezo de un sentido
“Padrenuestro” y mi deseo de que su alma descanse en paz.

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