Martes, 9 de octubre de 2018.
A 226 días de las BODAS DE ORO
ELECCIONES ANDALUZAS, ¿PARA QUÉ?
Como andaluz votante, no me preocupa la fecha elegida por la Presidenta, ni su cercanía a la Fiestas Navideñas, ni los efluvios aromáticos de los mantecados, de los turrones, ni de otras muchas zarandajas de esos tiempos en que muchos, desgraciados o no, viven abducidos por el espíritu de la Navidad. Me preocupa la posible, casi segura, continuidad de los señores de los “ERES” y otras “menudencias”; de los que, en cerca de cuarenta años, no han tenido ni tiempo, ni ganas de darle la vuelta a la negativa situación en que nos encontramos en Andalucía, de darle la vuelta a la tortilla chamuscada del paro, de la educación, de la sanidad, de ser y estar a la cola de todo lo bueno de España. Y después de todo tendremos que aceptar, a nuestro pesar, que los andaluces estamos “jodidos, pero contentos”, de lo que somos y de lo que tenemos.
Y sale la Presidenta recomendándonos que, en la campaña de las elecciones, seamos chicos buenos, que no hablemos mal de Andalucía, que nos comportemos como los buenos andaluces, que aman su tierra bendita. Y yo le digo que sí, que voy a comportarme como me pide, que voy a ser un buen andaluz y que voy seguir queriendo a mi Andalucía. Nunca he dejado de quererla. A quien no quiero, ni en pintura, es a los vividores de la política, a los corruptos de los “eres”, a los que se gastan el dinero público en prostíbulos, a los que han pervertido, sin escrúpulos, la verdadera y auténtica política.
Mi resignación política, después de lo padecido en el PSP de Tierno Galván y en el Partido Andalucista de Rojas Marco, es tan grande que aceptaré, no de muy buen grado, que vuelvas a ser la Presidenta de los andaluces, de aquellos que se dejaron comprar por un plato de lentejas, de aquellos que siguen mamando de la vaca gorda y de la rosa roja, de aquellos que aceptan la corrupción porque son iguales de corruptos, de los que ascendieron a “jefecillos” sin haberle dado un palo al agua, de los que compran voluntades y votos a cualquier precio, de los muchos pobres analfabetos y espabilados, de aquellos que no dejan de pescar en ríos revueltos, etc., etc. que son bastante y suficientes para proclamarte orgullosa “capitana” de los andaluces, con pacto o sin él.
Y con dolor y tristeza me pregunto. Elecciones en Andalucía ¿Para qué?
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