Huyendo de la rutina,
del quehacer cotidiano,
encontré, en compasiva hora,
pócima para encantados,
brebaje que yo bebí,
ávido, de un solo trago,
produciendo en mi existir,
trastornos de aromas gratos,
desconocido placer,
¡Inmerecido regalo!
Como infante caprichoso,
tozudo y engolosinado,
seguí, sin ningún pudor,
a aqueste caldo, enganchado,
amena y dulce poción,
bebida del hombre sabio,
amante de la palabra,
vestida de bello canto,
ornada de fantasía,
señora de los arcanos,
dueña de la libertad,
¡Inesperado milagro!
Y alcanzada madurez,
iniciada cuesta abajo,
en el juego del vivir,
fiel amante, me declaro,
de tu serena belleza,
de tu poder insensato,
de tu perpetua grandeza,
de tu andar, siempre descalzo,
entre la efímera gloria
y el sombrío anonimato.
Por ti, soy un loco converso,
de nuevo, rebautizado
en las aguas de un bautismo
de versos apasionados,
de poemas, que en sus redes,
despiadados, me atraparon.
El Viso del Alcor, 18 de Enero de 2023
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