Domingo, día 16 de abril
DESBORDANTE
EN TODO LA FERIA DE ABRIL DE SEVILLA
Tuvimos que dejar el coche en el Prado
de San Sebastián, donde antaño se instalaba
la feria y envueltos en un chorro de gente atravesamos el Parque de
María Luisa, el puente sobre el Guadalquivir y nos introdujimos después de un
largo paseo en el recinto ferial.
Monumental portada y lugar de encuentro
de muchas personas, en donde se producen movimientos característicos tales como el del cante y baile de
sevillanas, el de estiramientos de cuellos o puestas de puntillas para ver si
llega el esperado de turno y con el mismo objetivo el de mirar continuamente el
reloj.
Desbordante en cuanto al número de
personas. Si los farolillos y bombillas pueden contarse por millares, ayer se
calculaba que casi un millón y medio de visitantes acudieron a la feria. Creo
que no se equivocaron, pues hoy, con el mismo resultado, no se podía ni
caminar. No sólo había mucha gente en las diferentes calles, pues las casetas
estaban a reventar y la dificultad era grande tanto para entrar como para salir
de ellas.
Comentario común será el de como con
esa alegría desbordada, como con esa cantidad de alcohol que se consume, como
con esa variedad de genios y de caracteres – cada cual de su padre y de su
madre – no se producen cantidad de altercados en proporción a lo que allí se
mueve.
Comentario también común es la cantidad
de dinero que igualmente se mueve. ¿Dónde está la crisis o es esto un claro
síntoma de ella?, además de lo que se desperdicia.
En general puede decirse que es
monumental en todo y sin caer en el “chauvinismo” de creer que es lo mejor del
mundo, sí se puede decir que es diferente, muy diferente.
La impresión que se llevará Frank no sé
cuál será con exactitud, lo que sí vi es que estaba sencillamente impresionado.
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