Viernes, 27 de julio de 2018.
A 301 días de las BODAS DE ORO
UNA HISTORIA JAMÁS CONTADA DE UN BAJANTE ATASCADO
Las historias rocambolescas que se inventan los hombres, la mayor de las veces, se desechan por aburridas, por poco interesantes o por difíciles de contar. Sin embargo, los sufridores de estas dolosas situaciones, se sienten impotentes y molestos ante el “alargamiento” en tiempo de su numantina resistencia a la indiferencia de los no afectados.Un BAJANTE, ese tubo más o menos gordo que, con otros compañeros, se encarga de recoger en los bloques de viviendas, las aguas desechadas, limpias o sucias de uso doméstico, es el protagonista de esta historia. Un estado de atasco, fisura o rotura, propicia el escape de agua y las correspondientes manchas de humedad, ennegrecimiento de las paredes y techos de los dos aseos de la vivienda del bajo. Realizada por los técnicos las correspondientes comprobaciones se llega a la conclusión de que hay que “sajar”, abrir en nuestro aseo con la consiguiente rotura de algunos de los azulejos, no existentes en la actualidad. Lo que supone “reparar” los daños estéticos ocasionados, cambiando todo el alicatado del aseo. ¡Ojalá no lleguen las aguas a ello!
La incompetencia de algunos administradores de fincas, entre estos, el nuestro, propician retrasos, falta de entendimiento entre los afectados, líos difíciles de solucionar y retrasos incomprendidos. Y cuando parece todo solucionado, aparecen los últimos flecos del asunto que como menos, retrasan la obra. Y mientras, el verano avanza, consumiendo días y semanas, acercándose al finiquito del mismo.
Ahora nos encontramos en la fase de inicio; nos queda por saber cuándo iniciarán la obra, cuándo acabarán ésta y cómo quedarán.
¡Benditos sean los vecinos que padecen atascos en sus bajantes, sin encontrar buenos desatascadores!
Tuvimos suerte con el fontanero enviado para reparar el problema de la fuga de agua que ocasiona daños en el piso situado bajo el nuestro. Al segundo azulejo roto encontró el lugar de la avería y nos demostró su pericia al sellar con una especial pasta, amasada con las manos, el lugar por donde se producía la salida del líquido elemento. Habrá que esperar unos días para comprobar si acertó o no con el material empleado. ¡Ojalá sea así! Para poner fin satisfactorio al problema.
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