Domingo, día 5 de marzo
APAGÓ LAS CUATRO VELAS
NERVIOSO Y SIN ESPERAR A LA ORDEN DE SU PADRE
Cumplió años hace cinco días, pero hoy se celebró. Me
quedé sorprendido cuando me llamó a eso de las once para preguntarme si iba a
ir a su casa, que su padre ya había preparado los pinchos y la barbacoa. Pero
quién le marcará los números…, y me dijo que él y para convencerme me repitió
los números de nuestro teléfono. Llamé a mi hermano algo después y me confirmó
que efectivamente lo hacía él; ellos se lo indicaban y el pequeño, con sus
cuatro años apenas cumplidos, los marcaba sin problemas.
Como suele decirse nos reunimos el ciento y la madre,
pequeños y adultos y después de comer y beber llegó el momento de apagar las
velas. Todo nervioso, con la cabeza baja y oyendo las canciones con las que le
felicitábamos, esperaba pacientemente poder apagar las velas. Nada más terminar
de encenderlas su padre y sin esperar sopló con fuerza y sólo una se le resistió un poco.
Sí rápido fue en apagarlas más lo fue su prima, la niña de Auxiliadora y Teo, para coger una de las velas de la tarta, con forma de osito, para propinarle un soberano bocado, como si de dulce se tratara, encontrándose con la desagradable sorpresa de que era de cera de verdad y no apta para comérsela. La cera se le quedó entre los dientes y estuvo un buen rato escupiendo para quitarse su sabor, dando origen a numerosas carcajadas.
Estoy convencido de que antes de hincar el diente en otra
ocasión preguntará, pues menudo fue el bocado y las risas…


No hay comentarios:
Publicar un comentario