martes, 25 de octubre de 2022

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

Miércoles, 18 de julio de 2018.

A 310 días de las BODAS DE ORO

MERCADONA Y LA FARMACIA DE COSTA BALLENA (DOS NEGOCIOS A CUÁL MEJOR)

                    No sé nada de política económica, no sé nada de impuestos a las grandes empresas, no sé nada de empleos y sueldos, no sé nada de beneficios empresariales, de negocios rentables, de economía sumergida, de pequeñas y medianas empresas, de autónomos, de partidos políticos, de sindicatos. No sé casi nada de muchas cosas consideradas como vitales, pero sí sé, cuándo unas cosas van bien o cuando van jodidamente mal. Basta con ver con claridad sin dejarse engañar, Basta con saber mirar de frente o de reojo, de cerca y de lejos; con ojos de experto o de viejo diablo.

                    Preguntarse sobre el introito anterior es señal de buena vista. ¿Qué tienen que ver MERCADONA y la única FARMACIA de Costa Ballena? En apariencia, nada, sólo el que están ubicadas a menos de 100 metros la una de la otra. Y sin embargo se hermanan en el difícil arte de las ganancias pecuniarias, en el modo aparentemente fácil de ganar muchos euros. Son ambos, máquinas infalibles de limpiarnos los bolsillos cuando pasamos por su lado, salvando las distancias de ser expendedores de productos curativos o de belleza la una y de artículos alimenticios, principalmente, la otra.

                     MERCADONA, a lo tonto, a la chita callando, con eficaces y sutiles artimañas, se nos metió dentro; o mejor dicho, nos metió en su interior, haciéndonos súbditos “paganinis” y vasallos de la empresa y, al tiempo, miembros honorarios de la “Secta Mercadona”. Algo similar a lo ocurrido con los compradores de la Thermomix. Y aunque existen similares o parecidas empresas en sus cercanías, en nuestra querida Costa Ballena roteña, ella es la líder, la que se lleva la palma, la que parte y reparte el bacalao y otros muchos productos. Cualquier hora es buena para darse una vuelta por sus instalaciones. Al abrir, los madrugadores pugnan por ser los primeros; a media mañana, no te lo puedes figurar, como si regalaran los artículos; por la tarde, los que se piensan que, por las siestas playeras, no va a haber nadie y, antes del cierre, los que creen que mañana faltarán muchos productos o son acérrimos seguidores del dicho “no dejes para mañana lo...” Las “colas del pescao” son famosas por las vueltas que dan los tiques de las maquinitas de los turnos y las colas de las cajas rivalizan entre sí por batir el récord de visitantes compradores, de artículos vendidos y de “pasta” recaudada por la empresa levantina. Dicen las malas y buenas lenguas que MERCADONA COSTA BALLENA es el establecimiento de la cadena que más vende de España. Si es así, doble o triple mérito, teniendo en cuenta que aquí, los meses de “bulla” se reducen a cuatro, un tercio del año.

                    Algo habrá cuando “el río suena”. Ha sido de las primeras en ser actualizada y mejorada, por algo será. Dicen que el Sr. Roig paga bien a sus empleados ¿Leyenda o verdad de la buena? ¿Cómo se puede, en un corto periodo temporal, multiplicar por mucho, el número de establecimientos? ¿Cómo se puede pasar de lo local a su implantación nacional? ¿Cómo se puede competir con empresas internacionales implantadas tiempo a...?

                    No sé si lo anteriormente escrito se puede considerar como una alabanza o como el reconocimiento de un milagro comercial sin precedentes en esta España nuestra.

                    Y justo a menos de un centenar de metros, otro llamativo “milagro”, la FARMACIA de Costa Ballena. Colas permanentes para obtener los productos curativos, los muchos artículos embellecedores y necesarios, hoy, para el cuidado de los bebés. No sé si somos tantos los habitantes “enfermos” de Costa Ballena o que, somos legiones de narcisistas, los habitantes de este lugar querido; lo que sí es seguro es que son bastantes los bebés que moran este enclave roteño-chipionero.

                    Un montaje ejemplar, un buen servicio, una cuidada atención a los usuarios y, como consecuencia lógica, unos estimables ingresos económicos. En resumen, una mina de euros.

                    Dios los cría y ellos se juntan felices, para alegría de sus propietarios y también para sus usuarios, sobre todo, para aquellos que no sienten envidia del bien ajeno y de los grandes “milagros” comerciales.

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