Viernes, día 17 de febrero
ESTE CREE EN LA REENCARNACIÓN
La reunión era con hortelanos y
agricultores para arreglar los caminos que conducen a sus tierras, tratando de
subirse en el carro del progreso en este
aspecto también, reemplazando el albero salpicado de baches, socavones y otras
irregularidades, por el asfalto.
En un colectivo tan variado,
lógicamente cuando hay que aflojarse el bolsillo no faltan, porque tengan menos, los que se resisten a ello, buscando múltiples argumentos o sencillamente
alegando que no les da la real gana.
Uno de estos tiene a bien señalar, curioso personaje, que no pagaría nada porque parecía que al resto se les había olvidado cuando tenían que transitar por esos caminos en burra, teniéndose que meter en el agua o en el barro cuando lo hacían a pie, casi hasta las rodillas a veces.
Vamos, que se le veía como anclado en ese pasado.
A lo que otro, con la rudeza natural del hombre de campo, le lanzaba el dardo lleno de ironía de decirle: Tú es que eres la reencarnación de un viejo en un cuerpo de veintiocho años; no por lo que decía, pues teniendo aquellos pocos años estaba seguro de que no conoció aquello que argumentaba y que alguien se lo debió contar.
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