Miércoles, día 15 de febrero
LOS
DOS EL MISMO APARATO
Antes no podíamos soñar ni siquiera con
ellos, por muy alborotadas que estuviera nuestra dentadura. En nuestros
tiempos, antaño, hemos visto cada boca. Algunos por su causa tenían que
soportar “fobianamente” apelativos no muy cariñosos, aunque eran los menos y de
complejos nada, ni sabíamos la mayoría de qué iba la cosa. Sentíamos vergüenza
por otras cuestiones, pero por los dientes “nanai” de la China.
Quizás ahora, saltando al otro extremo,
los creamos y además castigamos a los pequeños a soportar esos “enderezadores”
de dientes desviados o descarriados, que
nada tienen que ver incluso con las habituales caries.
Después de un primer intento con algo
de éxito y sobre todo, soportado sin grandes problemas ni traumas por los dos,
ahora se han visto de nuevo envueltos en otro tratamiento que puede
definitivamente colocar las cosas en su sitio y digo definitivamente porque
nuestro deseo es que no haya que recurrir a un tercero. Y como el que no se
consuela es porque no quiere, no hay problema porque los aparatos colocados son
interiores e idénticos para los dos, con lo que Alejandro, el más gruñón, ahora
respira tranquilo.
Complejo por todo o complejo de
mayores.
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