lunes, 19 de septiembre de 2022

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

 

Miércoles, día 11 de enero

                                        QUÉ LLUEVA, PERO SUAVITO

            La verdad que no sé si es deformación o la simple aceptación de una responsabilidad adquirida brutalmente. Que a uno lo culpen de errores conscientes o inconscientes incluso, pase; pero que sobre las espaldas de uno carguen el que llueva torrencialmente y haya viviendas que se inunden o tengan otros tipos de problemas, francamente es pedir demasiado.

            Esta lluvia que por la ley de contrastes, cuando antes caía con violencia y tú estabas a cubierto de ella, te podía producir hasta una sensación placentera, hoy te origina una bien distinta, y lo peor no es que el vecino te aplique dicha responsabilidad a ti, de forma a veces muy directa; cada uno es libre de pensar lo que quiera; sino que con el paso del tiempo y de las tormentas, tú llegues a creértelo.

            Nunca, sinceramente, me agradó la lluvia, pues la considero como una atadura, sin que por ello deje de reconocer su importancia y necesidad; pero desde que estoy en la alcaldía, cuando nos llega con mayor o menor violencia, empiezo a aborrecerla, porque no quiero cargar sobre mis espaldas este sentimiento de culpabilidad ni el peso de la ignorancia ajena.

            Por todo ello no se me ocurre otra cosa que lo de: ¡Qué grado de servidumbre!



No hay comentarios:

Publicar un comentario