lunes, 20 de junio de 2022

EN MEMORIA DE UN AMIGO DE LA INFANCIA Y JUVENTUD

 
¡OJALÁ QUE YA ESTÉS EN EL CIELO DE LA BUENA GENTE!

                            Mira que nos lo venías diciendo esto últimos días, pero nosotros no te creíamos, ni tampoco lo queríamos. Te has marchado sin hacer ruido, como los santos. Ya sabemos que no le tenías miedo a la muerte y has gozado de tu vida hasta el último momento, estrujándole todo su zumo, el tuyo, el que te has bebido y saboreado a lo largo de ella.
                            ¡Qué de recuerdos compartidos en la niñez y en la infancia, en el Barrio Obrero de nuestra querida Melilla! En las traseras de la calle Teniente Coronel Seguí, sin asfaltar, y tu casa, en su entrada, elevada sobre su nivel, como cosa especial, y con la cercanía de la tienda de La Callera, sólo atendida por mujeres, y como un anticipo de los super de ahora, porque allí encontrabas de todo, desde las sardinas en arenque, hasta los botones e hilos más variados, o la brillantina para el pelo, o el tinte para el calzado; donde vivía nuestro genial pelotero conocido en el mundo mundial como Pepillo, y su hermano Pacoli, que se lo llevó el maldito Covid, con los que te podrás encontrar ahora, porque también formaban parte de la nómina de la buena gente. Y que eran García como tú, nuestro querido José.
                             ¡Cuántos recuerdos de los tuyos, especialmente de tu hermano Fernando y de la Imprenta-Papelería de tu padre por allá lejos de la calle General Mola.
                             Más recuerdos de tu andadura política, formando parte de los cinco magníficos que peleaban porque se escuchará y fuera atendido el lamento de Andalucía; porque fuiste de los políticos
que derramaban romanticismo y honradez, de los de la manita abierta.
                              Hasta que un día descubres que lo tuyo era la pluma. ¡Cuánto disfrutaba con tus escritos! Una pluma sabia, mordaz a veces, pero sin acritud. Fuiste capaz de convertir la prosa en poesía y ya sabemos que tenías muchos seguidores, que ahora nos quedamos huérfanos de de tus criaturas. En Facebook se te echará de menos, José García Pérez, y en los que te admiramos y tuvimos la fortuna de conocerte, siempre permanecerás vivo.







 

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