POESÍAS LOCAS

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locura cuadragésima

PALABRAS Y SILENCIOS

        Por las puertas del silencio

han entrado, ¡Ay, Dios mío!,

cien palabras descaradas,

fugadas de un mudo libro

que, sobre el viejo anaquel,

yacía, el pobre, dormido.

        Al silencio lo ha pillado,

bastante desprevenido,

descansando en su mudez,

encerrado en su mutismo..

        La centuria, desmadrada,

siembra el silencio de ruidos,

quebrando su pura esencia

y dejándolo hecho añico.

        El silencia, ¡Madre mía!,

murió sin decir ni pío.

Las cien jocosas palabras,

 en su loco desvarío,

ni siquiera se enteraron

de su grave magnicidio.

        Transgresión, horrendo crimen,

hace un rato, cometido 

por unas locas palabras

que huyeron de un viejo libro,

buscando la libertad,

premio de los bien nacidos.

        La libertad y la muerte

se encuentran en mil caminos,

las palabras son las armas

de los hombres insumisos,

y los callados silencios,

son los mutis del destino.

        Las palabras, los silencios,

son los más caros amigos.

                                                                                Y concluimos este capítulo de poesías locas, de momento, con la locura cuadragésimo prima, que no podría ser otra que una NANA, con el fin de adormecerlas, dándoles la posibilidad de que algún día puedan acompañarlas otras hermanas del alma.

        Cántame una vieja nana,

de las que saben a gloria,

a sueño de porcelana,

a repique de campana,

al sí de las bellas novias.

        Cántamela bien bajita,

que me sepa a niebla pura,

a soplos de fresca agüïta, 

al sí de la margarita,

a la más tierra ternura.