jueves, 5 de mayo de 2022

NUESTRAS CARICATURAS

                             DE CASTA LE VIENE AL GALGO

                             La caricatura que presentamos hoy bien responde, como no pocos, al dicho. Hablamos de un personaje visueño del mundo de la política, que desde chaval aprendió y de qué manera de su querido padre. Siendo un jovencito, seguro que no se perdería algunas de las tertulias y reuniones de lo que se podía considerar como el primer núcleo andalucista de El Viso del Alcor; ya que el "Bar Cuadra", el de su padre, sería en tiempos tan especiales, como la "sede" clandestina, de aquel grupo, que tenía nombres y apellidos, bien conocidos en la localidad, como los de los desaparecidos José Jiménez Aparicio, el Cazoli, Manuel Roldán Jiménez, el Terrera, y el propietario del local, José Jiménez Jiménez, el Titi el Cuadra; así como los que todavía están con nosotros, José Ramón Jiménez, el Parche, Diego López Moreno, el de la Notaría y Juan Antonio Morillo, el de la Gestoría de la calle Real, entre otros.
                             Así que buena escuela no le faltaría, sobre todo de su progenitor, que hasta tuvo la fortuna de asistir a aquel célebre y multitudinario mitín, en el Cerro de las Patitas de El Viso del Alcor, donde participaron Ramón Franco, el doctor Vallina y el mismísimo Blas Infante; que conoció, cuando ya tenía por los menos sesenta años, a un casi chiquillo como era por entonces Alejandro Rojas Marcos, cuyos pensamientos le agradaron y que incluso, desde entonces, se carteaban con cierta frecuencia; a lo que unía sus estupendas relaciones con nuestros José María y Diego de los Santos.
                             Ya podéis imaginar de qué criatura será la caricatura de hoy. Pues claro, la de ANTONIO JIMÉNEZ MARTÍN, el Titi grande, porque lo de chico se quedó para su hermano José Jesús, que para seguir con la saga política, se dedicó muchos años también a esta tarea.
                             Para nosotros, que lo conocemos bien, no nos duele, ni tenemos dudas de lo que decimos ahora, que Antonio ha sido uno de los políticos más destacados de este pueblo, y esta afirmación no es gratuita, ni responde a la gran amistad que compartimos, sino que es fruto de ver su manera de ser y de trabajar, su desinteresada entrega de siempre, su claridad de pensamiento y sus argumentos políticos, casi siempre acertados, la defensa de su tierra y de los suyos, sin perder jamás las formas ni su sitio y respetando en todo momento a los contrincantes políticos, a los que nunca consideró como enemigos.


                           A  Antonio no le importaba nunca el puesto que llevaba en las candidaturas de las que formó parte; para él lo importante era el éxito de su grupo y su trabajo. No formó parte de la lista de las primeras elecciones democráticas, pero sí en casi la totalidad de las siguientes. Acepta el puesto que le designen y en las tres siguiente ocupará el cuarto lugar, escalando, porque así lo quiso el grupo andalucista, el tercer y segundo lugar respectivamente en las dos siguientes. Con todo ello demostraba que su compromiso estaba con el andalucismo, sin preocuparle en qué sitio. Siempre fue un incansable luchador y ha sido aceptado por todo el mundo; era de las personas que gozaba con la política, en su mejor y más pura acepción, jamás buscó privilegios personales y su entrega fue siempre admirable. 

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