Hace mucho que lo conocimos y ya la fama por estas tierras la tiene, merecida, no regalada, trabajada y que un día brotó como el que no quiere la cosa, sin saber el porqué, ni el cómo...
Lo conocimos de niño y compartimos veladas muy gratas; primero, en el campito de su tío, el hijo del creador y fabricante del mejor aguardiente de estas tierras visueñas y sus alrededores.
Siempre con sus hermanos, primos y amigos, dándole patadas a pelotas de goma o balones, casi de reglamento. También los vimos, a todos estos, corretear y jugar en el otro campito, que su padre tenía, en el orillar de la carretera de Tocina. Del que decían, del suyo padre, que había sido un estupendo guardameta, aunque a ellos les agradaba más el regateo y el marcar goles.
Mientras que los mayores gozábamos con el buen beber y el yantar.
Ellos, como su padre, conocieron el ocre del albero sevillano, el de la zona de Alcalá, la del Guadaira y de los panaderos; pero también el césped artificial del San Sebastián, y el niño de aquellos primeros tiempos hasta lo hacía bien, llegando a sudar la albiazul de su Viso en algunas temporadas.
Los estudios y el trabajo, dejaron en un aparte su afición de la niñez y juventud. Siguiendo los pasos del mencionado tío y primo, ingresando en la nómina de la banca, hasta su jubilación.
Formó su familia, como la mayoría de los mortales, convirtiéndose en hombre de fe profunda, nada folclórica y aunque la vida le sacudió duramente y por más de dos veces, mantuvo el tipo, gracias al de Arriba, y a su magnífica compañera de viaje, y hasta parece feliz. sabiendo conformarse con lo que tiene y con lo que le espera.
Curiosamente llevamos escritas algunas líneas y aún no os hemos dicho el nombre del protagonista de nuestra caricatura de hoy. Pero es que hay muchísimas más cosas que decir él.
Un día, no importa cuándo, descubre que los dibujitos que hace para su pequeño, a este le encantan; y sigue en esta tarea incansable porque busca la felicidad de su criatura. Y se produce el gran milagro de su vida. Dios se lleva a su hijo a los cielos, porque desea tenerlo para siempre con Él; pero a cambio le ha otorgado un algo especial, que irá descubriendo en un poco de tiempo, sorprendiéndonos a todos, el don de saber retratar a los suyos, empezando por sus vírgenes y cristos, intercalando a sus seres queridos y a los que le quieren de verdad, a los que buscan sus hábiles manos para perpetuarse en el tiempo, a los que buscan merecer su ejemplar paz...Pensando en definitiva, que aquellos dibujitos primeros, fue la primera clase que recibió de, por ejemplo, su Cristo de la Misericordia, de su Jesús Nazareno o del Cristo del Amor...
Poner unas caricaturas después de las palabras escritas hacia tu persona, querido Pepe, a algunos puede parecer irreverente. Si fuera así, discúlpanos esta osadía.
Probaste en la política por compromiso, pero esto no era lo tuyo. Realmente lo tuyo era lo de convertirte en el mejor retratista de todo este entorno, gracias a tus criaturas.
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