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locura séptima
UNA DE COLORES
La Luna, si se levanta,
en antes de que dé la una,
su carita se le pone,
verde, como la aceituna.
El Sol, si el pobre se acuesta,
después de que den las dos,
su carita se le pone,
blanca, como el alcanfor.
Y a ti, que te da lo mismo,
el despertar y el dormir,
la carita se te pone,
como se me pone a mí,
con el sol da la mañana,
rosita de pitiminí,
y por la noche, morena,
morena de regalí.
Y a mí, que me da lo mismo,
el pescado que la carne,
el color de tu carita,
el color de tu semblante,
me resulta bien bonito,
después de mucho mirarte,
al levantarte, rosita,
y morena, al acostarte.
Y que nadie a mí me diga,
que de colores no entiendo,
que me paso todo el día,
entre colores viviendo,
y no hay cosa más bonita,
que un arco iris sureño,
que a los cuerdos vuelve loco
y a los locos vuelve cuerdo.
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