domingo, 24 de abril de 2022

POESÍAS LOCAS

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locura vigésimo quinta

A LA VERGONZANTE EXISTENCIA Y AUGE DEL POPULAR CHISMORREO TELEVISIVO

        No sé quién, ni sé por qué,
y tengo ansias de saberlo, 
quién a mi casa ha traído
semejante basurero, 
vertedero incontrolado,
despreciable estercolero,
cloaca nauseabunda
con pestes de perros muertos,
que a todas horas me muestran
las miserias, los enredos
de una gente depravada
que pretende ser modelo, 
paradigma de una especie
que se arrastra por lo suelo,
 como babosas rendidas
al aroma del dinero.
        No sé, ni sé para qué, 
y tengo sed de saberlo,
quién elige esta canalla,
que entra en mi casa corriendo,
avasallando, insultante,
queriéndonos dar ejemplo
de vida, vivir y muerte,
sin el menor miramiento,
avalados por audiencias
nacidas en necio pueblo,
embriagado de locuras,
ausencia de sentimientos,
amigo y ferviente amante
de sádicos chismorreos.
        Quizás, haya sido yo,
adicto al loco progreso,
tal vez, hayas sido tú, 
y centenares de adeptos,
compulsivos seguidores
de ese ventanal funesto,
que abrimos cada mañana,
sin excusa, ni pretexto, 
para encontrar el placer,
dicha, gozo y regodeo
en el catálogo loco
de los pecados ajenos,
de las miserias humanas
de los que somos sus dueños.
        Castigo hemos de pagar,
por el mal que nos hacemos,
por el daño que infligimos
a los descendientes nuestros,
criaturas indefensas
ante estos monstruos modernos,
que devoran las ideas,
los más nobles pensamientos,
que aplauden, sin cortapisas, 
a la mentira, al libelo
y que nombra a ciertos pillos, 
vergonzantes reyezuelos,
arropados de ordinario 
por un ignorante pueblo
que, entre "dimes y diretes",
se bebe su breve tiempo,
permitiendo que unos pocos, 
vampiros de tiempos nuevos,
le roben su intimidad,
liben sus sangre y sus sueños.

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