NUESTROS RETRATOS

                             Seguimos con nuestros peques, que ya no lo son, pero sí cuando dibujamos sus rostros. Hoy les tocó a un trío que forman parte de nuestra numerosa familia, Laura, Nacho y Javier, hijos de Nacho y Olga, dos estupendas personas y dedicadas a la banca desde hace muchos años, y nietos por parte paterna de Antonio e Isabel Amalia, para nosotros Isa; él perteneciente a la saga de los Blasco, cuyo padre inauguró las oficinas del Banco Hispano Americano, actualmente el Santander, Don Antonio, y viviendo en El Viso con su familia durante muchos años, hermano de Tere, Adela y Rafael; ella, nuestra Isa, nada más y nada menos que hija de Gil López, que fuera destacado maestro y hasta alcalde de nuestro Viso, casado con Marina, otra extraordinaria mujer como él lo fue en todos los aspectos y en especial en su enorme humanidad, y que trajeron al mundo un ramillete de seis damas, a cual mejor.

                            Empezando por la más pequeña de los hermanos, Laura, desde siempre fue una niña muy linda y vivaracha, sin ningún complejo por aquello de ser la benjamina de la familia, sino todo lo contrario, pues siempre supo manejar a ambos estupendamente y con verdadero arte. 

                            A que viendo el retrato coincidís con lo que decimos. En la actualidad es una jovencita espigada, llena de encantos, amante y paciente con los más pequeños; Vamos, como se suele decir por casa, ya, una agradable mujercita.

                            Nacho, el que está en el medio, si de pequeño iba algo a remolque de su hermano más grande, la cosa ha cambiado con los años. Es sin duda el mas divertido de los tres y el más juguetón y  algo traviesillo. Bueno, mejor añadir que lo era. Hoy está hecho un mocetón y algo también ha cambiado en él, se le ve más templado y responsable.

                            

                            Guapote, como sus hermanos y sus padres, sin duda y su cara lo avala, es un buen chaval. Seguro que tendrá un montón de amigos.

                             Y hemos dejado el final para el primogénito, Javier, para el más alto ya de la familia, rozando los dos metros. Otro buen elemento en el mejor de los sentidos; quizás parezca el mas serio de los tres y qué buen pivot podría ser, como su padre, si le hubiera dado por el baloncesto. A pesar de ser el mayor, es el más tímido de los tres, cosa que suple con muchas otras cualidades que le acompañan.

                              

Queridos nuestros, sólo un deseo por nuestra parte, que la vida os sonría siempre.