EL CORAZÓN DEL MUNDO XXII

                    (CONTINUANDO CON LA REUNÍÓN DE LOS AGENTES ATMOSFÉRICOS)

                            Todos se encuentran ya en el interior de la Sala Beig, después de que CRISTALINO, intentando ser ceremonioso y cortés, cosa que no conseguía por más que se esforzara, al pie de la puerta e invitando a que tomaran asiento. De forma mecánica, respondiendo a la indicación del anterior, fueron acomodándose en los sillones pétreos, también de color beig, salvo la DAMA BLANCA, que situada en el centro de la sala recibía la luz del techo, haciéndola casi transparente, y esperaba con cierta impaciencia a que todos los asistentes, una vez sentados, callasen para iniciar su discurso.

                            Después de corto murmullo y alguna que otra tos forzada, el silencio se hizo en la estancia, lo que aprovechó esta  para hablar con decisión:

                            - Notables de la Atmósfera Terrenal, nuestra inasistencia a la Reunión Estacional no ha sido casual, sino conscientemente intencionada.  No se puede perder más tiempo, ya que la situación que nos envuelve es bastante delicada. Por ello, como pensamos que merecéis una explicación acerca de nuestra ausencia, estamos dispuestos a dárosla con toda clase de detalles. Mientras vuestro precioso tiempo se derrochaba en la absurda reunión que os mantenía en torno a...

                            No atreviéndose a señalar nombre alguno, permitiéndose incluso una pequeña pausa.

                            - Nosotros ultimábamos un Plan de Liberación.

                            Estas últimas palabras aumentaron la alarma entre los asistentes, hasta tal punto que hubo muchos movimientos entre ellos. A pesar de lo cual nadie intentó levantarse del su asiento. VOZ DE FUEGO le hizo un movimiento casi imperceptible de cabeza a su compañero KATTLE, el invisible, para que interviniera; pero este lo captó.

                                El trágico silencio parecía oírse. La DAMA BLANCA, lentamente y con su acostumbrada seguridad, continuó su exposición, sin hablar de su plan, sino tratando de confundir en primer lugar al auditorio y posteriormente, convencerlo, pasando a señalar a  los asistentes que secundaban su proyecto liberador.

                                - SELENES, la Luna,...

                                Todas las miradas se dirigieron a esta, la cual bajó ligeramente su cabeza, como avergonzada, y dirigió su mirada al punto rojo del centro de la habitación, que permanecía oculto por la oradora.

                                - Selenes, que ya conoce nuestro plan está muy interesada en el mismo y nos prestará ayuda en caso de que la necesitemos.