domingo, 13 de febrero de 2022

EL CORAZÓN DEL MUNDO VIII

                             El pueblo Mennano habita en la tierra de Kankagua y sus representantes en la Asamblea de los 6 Pueblos, además del ya conocido Mennano, son Boliar y Paralín, que curiosamente no son personas. El primero de ellos es un árbol gigantesco, cuyo fruto es el Bolio, de color verde rojizo y completamente redondo, y el otro es un pequeño animal de seis patas y con siete dedos en cada una, que tiene cubierto su cuerpo de pelos largos y lacios de color verde y amarillo; con cabeza grande, mandíbula  inferior saliente y dientes negros y afilados, que posee un cuerno hueco y caracoleado que le sirve para respirar, una oreja mayor que la otra y es herbívoro.

                            Los Mennanos habitan en viviendas subterráneas siempre situadas junto a un árbol de robusto tronco y ramas horizontales resistentes donde se instalan los artilugios con cuerdas y poleas para alzar sus puertas de acceso que suelen estar camufladas en el terreno superficial de su entorno y que reciben el nombre de Lacundol.  Para entrar y salir de ellas sus moradores lo hacen a través de escaleras de madera. Generalmente en el centro del gran salón cuentan con un redondeado y gran horno, fabricado de rocas del lugar, y con una chimenea con salida al exterior realizada de Caluza fundida, mineral abundante en todo su territorio, de color rojizo, y que se utiliza por su maleabilidad y resistencia para hacer figuras, cascos, lanzas y utensilios de toda clase. Duermen en hamacas sujetas entre troncos que se colocan en el interior para separar espacios, sobre laboriosas y tupidas alfombras fabricadas por las mujeres del pueblo. Todo su mobiliario, rústico en su totalidad,  está realizado con la madera de otros dos árboles gigantescos, el Loruco y el Faricamar, de los que aprovechan igualmente sus carnosos frutos.


                            En aquella zona existen cinco estaciones: Racaduca, es la época de la caída de las hojas y de la desaparición de las flores, las cuales son aprovechadas para ornamentación; así como las primeras para alimento de los animales. Después vendrá la estación del frío y de la lluvia, llamada Kilusuco; Seguirá la del buen tiempo, que dará origen al nacimiento de nuevas flores y después sus frutos, y que se llama Abulin. E inmediatamente vendrá la Flacoranca, estación de un excesivo calor, a la que temían tanto que casi todo el tiempo los Mennanos permanecían en sus casas y que en ocasiones causaba la muerte de personas y animales; menos mal que era la más corta de las cinco. Y la del Uninen, también corta, era la estación en que se mezclaban todas.


  

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