PORTADA DEL ANTIGUO HOSPITAL DE LAS CINCO LLAGAS, EDIFICIO QUE ACTUALMENTE ESTÁ OCUPADO POR EL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA, EN SEVILLA.
En el popular barrio sevillano de la Macarena se localiza un bello y majestuoso edificio erigido en los inicios del Renacimiento: el Hospital de las Cinco Llagas, también conocido como Hospital de la Sangre. Se fundó este en el año 1500 gracias a la intervención de Catalina de Ribera y Mendoza, una piadosa y acomodada dama sevillana, que a finales del siglo XV solicitó al Papa Alejandro VI autorización de un espacio sanitario destinado a mujeres enfermas, pero no contagiosas. La autorización del Pontífice a través de una bula permitió la ejecución de las primeras obras, otorgando a Catalina la potestad para administrar y dotar el conjunto, contando además con el apoyo de priores y religiosos de los monasterios de Santa María de las Cuevas, San Isidoro del Campo y San Jerónimo de Buenavista, si bien la competencia directa le correspondía al Sumo Pontífice.
En sus orígenes, las primeras dependencias del hospital se localizaban en unas viviendas de la calle Santiago, contaba con algunas pocas camas, una botica y espacios destinados como almacén y su administración dependía de un capellán, una matrona y un sacristán. Pasado cierto tiempo, el hijo de Catalina de Ribera, don Fadrique Enríquez de Ribera, I marqués de Tarifa y Adelantado de Andalucía, tendrá un papel fundamental en la promoción y remodelación de la institución, solicitando permiso para trasladar las instalaciones a un edificio de mayores dimensiones, localizado extramuros de la ciudad, próximo al arrabal de la Macarena. De la gestión se harían cargo religiosos, matronas y un médico cirujano, boticario e incluso un sangrador. En el mismo seno de este nuevo edificio, surgirían a principios del siglo XVIII, auspiciados por el tesorero de la Casa de la Moneda, Diego de Yanguas, locales anexos destinados a hospital de convalecientes. En los inicios del siglo XIX y en plena Guerra de la Independencia se crearía el Hospital Militar por el médico y escritor, Tomás García Suelto.
Los efectos de la Desamortización llegaron al Hospital de las Cinco Llagas, modificando la gestión y articulación de la institución, de la que se encargó la Junta de Beneficencia. en 1837, el hospital de las Cinco Llagas concentró la atención sanitaria de otros hospitales, como los hospitales del Amor de Dios, Espíritu Santo, del Cardenal y el de las Bubas.
Tras diferentes avatares históricos y económicos, bien entrado el siglo XX, su funcionamiento llega hasta el año 1972, fecha en la que se cierra y abandona el edificio, para volver a recuperarse y proyectar su uso como sede del Parlamento de Andalucía desde 1992.
En el centro de la fachada principal se sitúa la portada de acceso al edificio, terminada en 1617 por Miguel de Zumárraga. Es la misma de tipo retablo, con dos cuerpos. El primero presenta dos pares de columnas toscanas de fustes estriados, pareadas y con sendas hornacinas ente ellas, que soportan un balcón corrido con balaustrada. En el arquitrabe aparece una inscripción en latín, que traducida dice: "Doña Catalina de Ribera, y don Fadrique Henríquez de Ribera, Marqués de Tarifa, Adelantado de Andalucía, con no menor gusto que piedad mandaron hacer este amplísimo Hospital para durar pobres, intitulado de las Cinco Llagas de JesuChristo, y los Reverendísimos Patronos y Administradores de su hacienda para más perfecta memoria de tan grandes Príncipes, hicieron esta puerta en el año 1617".
La puerta del balcón está enmarcada por otras dos columnas, jónicas en este caso, con metopas a ambos lados y rematada por un tímpano en el que dos ángeles sostienen el escudo nobiliario con cinco racimos de uvas, que representan las Cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo. Sobre la portada se abren dos buhardillas, con varios adintelados flanqueados por pilastras rematadas en ménsulas y frontón curvo y se corona todo el conjunto con una cruz de cerrajería.
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