lunes, 25 de octubre de 2021

VENTANA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LOS "TEBEOS"

Entrega nº 34

LA FAMILIA TRAPISONDA, un grupito que es la monda

Francisco IBÁÑEZ Talavera

         Sin duda, una de los grandes monstruos de las historietas de España y de proyección mundial en este campo del cómic, perteneciente a la segunda generación, la del 57, de la Escuela Bruguera, junto a autores como Figueras, Nadal, Raf, Segura o Mark Schmidt, entre otros muchos, y que naciera en Barcelona el 15 de marzo de 1936.

         Su afición por los tebeos le viene desde la infancia, pues con tan sólo 11 años publicó su primer dibujo en la revista Chicos. Tras los estudios de primaria continúa su formación en Contabilidad, Banca y peritaje Mercantil, que le permitirán entrar en 1950 como botones en el Banco Español de Crédito. A pesar de conseguir un buen trabajo para los tiempos que corrían, Ibáñez no olvidó su verdadera vocación, por lo que compaginó su empleo con colaboraciones en revistas como La hora del recreo, Chicolino,  El Barbas o Liliput; así como en las dos publicaciones de humor de la Editorial Marco: La Risa y la de Hipo, Monito y Fifí. Con estos primeros trabajos comenzó a ganar popularidad y a mostrar el estilo que marcaría sus futuras creaciones.

         En el año 1957, los ingresos de Ibáñez como dibujante sobresalían sobre los de botones, por lo que vio su gran oportunidad de dedicarse de pleno a sus dibujos y dejar su trabajo. Además fueron años en que aparte de sus colaboraciones con la Editorial Marco, fue fichado por la revista Paseo Infantil. Y ese mismo año también comenzó a trabajar con la prestigiosa Editorial Bruguera (Editora ya de personajes famosos como Zipi y Zape, Doña Urraca, Don Pío o La Familia Cebolleta) Comenzó con dibujos de chistes e historietas cortas, y tras algunos meses, ya aparecieron sus personajes más populares: Mortadelo y Filemón, en 1958, serie que se publicó en la revista Pulgarcito, que si en los inicios de esta pareja tan peculiar de detectives tenían un estilo, en cuanto a su indumentaria, parecido al de Sherlock Holmes, pronto Ibáñez les dotó de su estilo propio y actual.

         En 1963 aparecería El botones Sacarino, en El DDT; un año más tarde vio la luz Rompetechos, en el Tío Vivo, y en 1966 Pepe Gotera y Otilio, que también se publicaría en el Tío Vivo.

         Em 1969 surgió la revista Gran Pulgarcito y las historietas que hasta aquel momento ocupaban simplemente 1 ó 2 hojas se hicieron más largas, siendo la primera de ellas la titulada El sulfato atómico, con la que Bruguera creo su colección Olé, que tuvo un notable éxito; siendo Ibáñez uno de los autores más destacados, y que en años sucesivos recibió el Arco de Oro, concretamente en 1969, 1974, 1975 y 1976.

         A partir de este gran éxito Bruguera explotó a la pareja de detectives la propia revista de Mortadelo (1970) y Súper Mortadelo (1972), Mortadelo Gigante (1974) y Mortadelo Especial (1975) e Ibáñez se vio obligado a trabajar sólo este ya famoso dúo, hasta alcanzar las 40 páginas semanales que le exigían. Situación que se mantuvo hasta 1985, cuando el dibujante abandona la Editorial, que se quedó además con los derechos de Mortadelo y Filemón, para pasar a trabajar con la editorial Grijalbo, donde a partir de 1986 creó personajes nuevos para la revista Guai, tales como “Chicha”, “Tato”, “Clodoveo, de profesión sin empleo”, y “7 Rebolling Street”.

         Cuando Editorial Bruguera cierra en 1988, entró a formar parte de Ediciones B, que adquirió el fondo editorial de la anterior, incluidos los derechos d Mortadelo y Filemón, cuyas historietas Ibáñez pudo retomar con un estilo renovado que trataba la realidad del momento a los largo de seis álbumes al año.

          Al día de hoy, las publicaciones de Francisco Ibáñez han vendido más de cien millones de ejemplares y la serie de Mortadelo y Filemón ha sido publicada en países de todo el mundo, e incluso ha sido adaptada al cine y a la televisión en muchas ocasiones.

         Muchos son los premios y reconocimientos de este dibujante. Tiene la Medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes, el Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona, el Premio Oso a la labor de una vida, del Salón Internacional del Cómic de Madrid y un Homenaje destacado que humoristas de nuestro país como Joaquín Reyes, Carlos Arece, Eva Hache, Ana Merino y Tomás Fernando Flores, le rindieron en el 60 aniversario del nacimiento de Mortadelo y Filemón.


 ¿Y qué decir de ese grupito que es la monda, La Familia Trapisonda? Pues que apareció por primera vez en la revista Pulgarcito, en su número 1418, el 7 de julio de l958´

         Esta serie cuenta las desventuras cotidianas de una familia de clase media-baja y su mascota, que tiene lugar habitualmente en un ambiente doméstico, en el tercer piso de un típico bloque de una gran ciudad. Son historietas que tienen un cierto parecido con las realizadas por otros dibujantes, como por ejemplo y por citar una, la de La familia Cebolleta, de M. Vázquez.

         El protagonista es Pancracio, el cabeza de familia, un gris oficinista y que en las primeras historias era bombero, calvo y con bigotito, que suele ser el que siempre sale mal parado a causa de su carácter algo envidioso y prepotente. Su esposo es Leonor, de profesión sus labores. Felipín es su hijo, travieso como el que más, y Sabiohondín en su sobrino, niño calvo como su tío y con gafas, siempre vestido de negro y el clásico estudioso de la familia. En un segundo plano está la criada Robustiana, típica mujer de pueblo que emigró de este a la urbe y que tiene granos en su nariz. Y el más popular y mejor ideado de todos los personajes es, sin dudas, la mascota de la familia, un perro llamado Atila, que sirve de contrapunto a pancracio, al que odia profundamente, acompañado siempre de comentarios y pensamientos siempre malévolos, irónicos y ofensivos.     

 

 

 

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